viernes, 28 de enero de 2011

Morir y no poder elegir.

Nadie quiere morir cuando tiene una "buena vida", entendiendo que buena vida tiene una definición distinta para cada uno. Pero otro gallo canta cuando hablamos de tener una mala muerte, entonces todos estamos de acuerdo. Si todos estamos de acuerdo en que no se debe sufrir una muerte horrible o vivir una vida miserable por culpa de una enfermedad que ni pediste, ¿por qué nos parece tan horrible que podamos elegir cuando acabar con nuestro propio sufrimiento?

La palabra eutanasia deriva del griego: eu (‘bueno’) y thanatos (‘muerte’). Es decir, buena muerte.

Si somos responsables de nuestra propia felicidad o eso nos repiten constantemente, "no eres feliz porque no quieres", "si lo tienes todo para ser feliz"...
y si sobre todo somos responsables de nuestra infelicidad, ¿por qué no podemos tener la libertad de elegir cuando queremos ponerle fin a una u a otra? Sobre todo a la segunda.

Afortunadamente yo no tendré ese problema. Mi nacionalidad holandesa me permite irme a morir tranquilamente allí, como ya lo hizo el suegro de mi Tía Beatriz, que eligió día y hora para morir, y se despidió de todos y cada uno. Pero, ¿y el resto?

¿Por qué tenemos que estar obligados a ver el sufrimiento de quien queremos y no permitimos que él o ella elijan libremente cuando acabar?

Como me dijo un amigo, si aun no tenemos muy claro para que tenemos que sobrevivir, ¿por qué demonios no podemos dejar de vivir cuando queramos?

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