jueves, 6 de enero de 2011

Kilian

No se cuando leerás esta entrada. Quizás lo hagas antes de hablar conmigo o quizás ya hayamos tenido esa conversación literaria que tanto me apetece. No importa cuando sea, el caso es que necesitaba devolverte la confianza que has depositado en mi de alguna manera. He pensado que dándote permiso para leer "mi blog", yo también te hacía entrega de esa confianza.

No te voy a decir que me ha parecido tu libro, aun no. Lo que más me apetece es decírtelo tranquilamente sentados, quizás con un café delante, para poder discutir todas las cosas que me han gustado y todas las que no. Y sea lo que sea que finalmente te diga, hay algo que sobresale por encima de todas las cosas. Eres un valiente. Pusiste en mis manos ese centenar de hojas, confiando en mi, deseando que las leyera y te juro que lo he hecho con una ansiedad incontrolable. Tu estás en cada línea y ha sido como pasar estas horas contigo.

Dices que lo hiciste para devolverme el regalo que te había hecho, pero esto supera con creces un simple libro y una magdalena de chocolate.

Mi blog es mucho más modesto, pero lo escribo para mi, para leerlo al cabo del tiempo, para no olvidar lo importante. Lo escribo sin mucho miramiento la verdad, sin preocuparme excepto de las faltas de ortografía. Es tan solo un puñado de sentimientos. Pero igual que tu depositaste en mi tu confianza el miércoles, yo hago lo mismo ahora contigo. Léeme, conóceme.

Sólo me resta decirte que eres un hombre maravilloso. Que deberías valorarte más de lo que te valoras, quererte más de lo que te quieres y hacerte valer más de lo que lo haces. Quien no vea en ti lo que yo vi al primer vistazo, no merece tener ojos, pues no sabe usarlos. Y me alegra que me hayas elegido para confiar en mi. No pienso, desde luego no tengo la más mínima intención de decepcionarte.

Alegrate Niño, porque ya tienes tu primera fan.

Un beso.

2 comentarios: