lunes, 7 de enero de 2013

Carta a Laura

7 de Enero de 2013

Querida Laura:

Te escribo esta carta porque esta es la mejor manera que tengo para expresar todo lo que quiero decirte.

Hace algo más de nueve meses nos diste la peor de las noticias que una amiga puede comunicar. Te habían detectado cancer de mama y tenías que tratarlo con quimioterapia y operarte.
Recuerdo un mail que escribiste. Aquellas letras estaban escritas bajo el manto protector que te otorga tu fe y tu vida en Dios y alguien puede pensar que sería un mail lleno de angustía y desesperación, pero todo lo contrario. Recuerdo haber leido aquel mail y pensar que no había nadie más fuerte que tu, y recuerdo perfectamente que ponías que el enemigo era fuerte, pero que nosotros eramos más y le ibamos a plantar cara. Y así ha sido.

Ahora nueve meses después nos das la buena noticia, la gran noticia de que no hay más quimio, no hay más radiacción, no hay más operaciones porque la última fue un éxito y te lo "rebañaron" todo.

Ahora nueve meses después te hemos preparado una fiesta sorpresa por tu treinta  y cuatro explendidos años.

Tú marido, tu santo y discreto marido, nos ha reunido a todos, y ver tu cara, sinceramente no ha tenido precio.

Muchos piensan que el 2012 ha sido un año horrible, crisis, paro, desahucios y tralara. Pero para mí en particular ha sido un año de aprendizaje. Resulta que he encontrado a una profesora que es una experta en el master de la lucha. Me ha enseñado a confiar, a creer y a esperar siempre lo mejor. A no desanimarme y afrontar los problemas con las fuerzas y las ganas de vencer, siempre vencer. A levantarme una y otra y otra vez. Y a seguir levantandome siempre que me caiga por mucho que piense que no puedo y por mucho que sienta que las fuerzas no me acompañan. Plantar batalla ha sido tu lema.

Has luchado como una leona, y creo que no lo has hecho principalmente por tí. Has luchado por seguir adelante por la vida de tu hijo, por la vida de tu marido y por la vida de todos los que te queremos. Porque sabes de sobra que somos mucho menos fuertes que tú y que una vida sin tí nos resultaría imposible.

Has ido dando lecciones de vida aquí y alla durante estos nueve meses. Y todo el que se ha cruzado contigo y se ha parado a escucharte ha salido fortalecido. Al contrario de lo que pudiera parecer, derrochabas ilusión, alegría, esperanza y ganas de dejarte la piel en esas sesiones de quimioterapia.

Ha sido doloroso verte perder el pelo, pero ha sido toda una lección de estilismo verte guapa a rabiar con tus pañuelos atados de mil formas. Y sí, si alguien lo dudaba, el pañuelo a lo turbante ha estado de rabiosa actualidad este año. Toda una it-girl.

Verte el viernes ilusionada, sonriendo a todo lo que te daban los dientes y repartiendo abrazos a diestro y siniestro ha sido maravilloso y por nada del mundo me lo hubiera perdido.

Porque es un honor y una bendición tenerte en mi vida, es por lo que te escribo esta carta. Que sea público y que todo el mundo pueda leerlo. Eres un ejemplo a seguir. Eres un espejo donde mirarse. Una prueba de como soportar los golpes de la vida. Una prueba de que es innecesario cuestionarse las cosas malas, lo que hay que hacer es afrontarlas y arreglarlas. Una prueba de que el cancer se vence. De que las batallas se van librando y ganando hasta que la guerra es nuestra. Visto lo visto, ganadora, te quiero en las filas mi ejercito.
 

Te quiero.