martes, 16 de marzo de 2010

A la vejez viruela...Me ha dado por el deporte.

No os vayáis a pensar que me he vuelto ahora deportista a tope. Ni creáis que me machaco en el gym. Ni penséis que me levanto una hora antes para ir a hacer footting. No, nada de eso. Yo soy más del tipo de deporte en el que no se suda, o si se suda, no se hace con exageración. ¿Por qué? Pues porque enseguida me pongo colorada y me veo fea, sudada y horrorosa, y sinceramente, pues como que no.

Lo último que he descubierto es la nieve. Es perfecto, hace bastante frío con lo cual mis glándulas sudoriparas (digo yo que son esas las del sudor) no están a tope, y lo que aflora a mis mejillas es un leve rubor que para que engañarnos, me sienta divinamente.
El snow, y más recientemente (este sábado sin ir mas lejos) las raquetas de nieve, han sido mis dos incursiones en el frío mundo de la montaña. Pues bien, he de decir que me he hecho fans de las dos modalidades. Y para muestra un botón.


Snow en Sierra Nevada. La del suelo soy yo.

El Sábado 13 en Navafría con las raquetas de nieve.

Conclusión: dos cosas menos en mi laaaaaaaaaaarga lista de cosas por hacer cuando descubres que no existe el amor.



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