viernes, 24 de junio de 2011

Sin razón aparente

Aun no lo he pensado detenidamente. Creo que no soy consciente de lo que he decidido y que por supuesto mi cerebro no lo ha asimilado aun. ¿Se puede tomar una decisión tan importante en la vida sin haberlo pensado antes? ¿Significa esa falta total de razón en mi decisión que soy una inconsciente?

No tengo respuesta para ninguna de las dos preguntas. Solo sé que me hallo en medio de toda la preparación de un viaje, con el que siempre he soñado y que no soy capaz de identificar en que momento tomé la decisión de embarcarme en semejante aventura.

Y si no soy capaz de identificar las razones por las que me he embarcado, ¿como saber si ha sido acertada mi decisión?

El otro día cuando me preguntaron en la reunión por mis miedos, hubiera agradecido que me hubieran preguntado por mis razones. Quien sabe, quizás entre todos hubiéramos sido capaces de identificarlas. Y si no tengo razones, ¿por qué siento esta necesidad irrefrenable de ir?

Y se podría pensar que como no encuentro las razones que me impulsan a ir, las razones que deberían de echarme atrás deberían ser suficientes para que no me sintiera atraída de la manera en la que me siento.

Tres semanas lejos de mi familia, 17 desconocidos, 20 horas de viaje, un idioma que no conozco, 2400 huérfanos, el hambre, la desesperación por seguir vivos no son razones suficientemente fuertes como para frenar mi impulso de cruzar al continente africano. Es más, me parecen razones para ir. ¿Serán acaso estas mis razones ocultas para ir? ¿Será lo desconocido lo que me resulta tan, tan, tan atrayente? Y pensándolo fríamente, ¿Todo lo que es complicado y esta lejos de mi control es lo que me resulta atrayente?...

... ¿He dejado acaso de hablar ya de Etiopía?

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