martes, 21 de junio de 2011

El Madrid de los Asturias

Paso por la Casa de Campo a diario. Sacado de contesto parece soez la frase, pero es porque por ahí hay mucho menos atasco que por los malditos túneles de la M-30. Sin embargo nunca había estado en la zona a la que nos llevo mi querido Vidi el sábado.

Celebraba su cumpleaños con más de un mes de retraso, pero amén que la espera valió la pena.

No había pensado en la logística de querer llevar hasta la Casa de Campo comida y bebida para 20 personas. Pero así es David, el entusiasmo le puede y habría sido capaz de hacer varios viajes desde Martínez Campos hasta allí con tal de darnos de comer y de beber a la asturiana. Menos mal que el mecherito volvió a sacarle del apuro. Y así, junto con la inestimable ayuda de Iván y cargados de dos carros de la compra, nevera y varias bolsas llegamos al sitio señalado en el google maps.

El entusiasta David se llevo un pedazo de Asturias a Madrid. Hizo la típica fiesta asturiana, una espicha. Según la Wiki, la Rae no reconoce la palabra, es una fiesta asturiana donde se bebe sidra. Consistía en reunirse en un llagar (tipical Asturianish) para espichar un tonel de sidra. A falta de llagar y de tonel, buenos fueron unos bancos de merendero y 19 botellas de sidra, que fueron cayendo sin remisión una a una.

Como no todo iba a ser asturiano hubo también una buena cantidad de representación del líquido madrileño por excelencia, Mahou. Oh Mahou, Que grande eres! Sin embargo no era tu día, querida litrona amarronada de suaves curvas. Ese día te hacía sombra una dulce señora vestida de verde con sombrero de corcho y con sabor admirable. Mezcla dulce y burbujeante. Y culín por encima del hombro!

Y que mal me sienta la sidra. Parece que no bebes, no lo notas, se te mezcla poco a poco con los sentidos, de manera tan sigilosa que no sospechas en ningún momento que ya no eres dueña de tus actos hasta que es demasiado tarde. Y aun entonces, solo puedes pensar en llevarte otro culín al gaznate y volver a sentir el sabor del precioso líquido.

Pero bueno, no había problema. Para que luego diga mi jefe que no se negociar. Al final lié a Iván para que llevara el coche, así que me abandone completamente a la falta de control sobre mis propios sentidos y extremidades.

Pero esta entrada no es solo para contar lo bien que no lo pasamos. Tenía pendiente una entrada donde quedara por escrito las virtudes, todas o casi todas, de Vidi y obviamente ningún defecto. Pero es que tiene un defecto muy gordo, uno que no puedo dejar pasar por alto. Es una mala influencia para mi. No soy capaz de negarle nada ni de decirle que no a ninguna cosa que me propone. Por dos motivos.

El primero; porque todo los planes que propone son divertidísimos a la par que excéntricos.

Y lo segundo y más importante. El jamás me dice que no a mi.


P.D: El Madrid de los Asturias no aparece en ninguna guía turística y así tiene que seguir siendo. Es un lugar mágico. Como dijo Iván, un punto magnético tipo Lost. Nameste!

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