domingo, 21 de febrero de 2010

Elegir un nombre...

No se porque razón he decidido escribir un blog. Supongo que el refrán "como borras modorras" tendrá su parte de razón y es que la verdad radica en que si todo el mundo tiene un blog, ¿por qué no voy yo a tener uno?

Así que me lanzo. Busco una página que me ofrezca la posibilidad de tener mi propia ventana al mundo exterior. Edito mi perfil, mi correo, tralari, tralará...Introduzca el nombre del blog. Ups! Nombre? ¿Qué nombre? Y ahi es cuando la he liado...

Ahora sé como se siente una madre o un padre, cuando tienen que elegir el nombre que marcará de por vida a un hijo. Tiene que tener fuerza, personalidad, ser atrayente, llamativo, que de un golpe te den ganas de pinchar en el link y entrar a ver que tiene que decir al mundo una completa desconocida...

"No exite el amor". Desde luego la elección es terrible. No tiene fuerza, no tiene personalidad, no es atrayente, está mas que trillado el tema y además ya lo ha pillado alguien. Porque esa es otra. Cuando tienes que elegir la url de tu blog resulta que ya todo lo que pongas esta pillado. Y es cuando te das cuenta de que eres poco, mejor dicho, nada imaginativo.

Pero ya no tienes opción, porque el nombre ya lo has puesto y cualquier otra cosa que piensas no te parece suficientemente buena. Así que decido no cambiar el nombre, simplemente añado mi nombre detrás y solucionado. Soy así de práctica, que le vamos a hacer.

Hablando de esto ahora, me viene a la cabeza el correo electrónico de un amigo. locoporunnombre@... y me pregunto si no terminó dando de alta ese email tras muchos intentos fallidos de encontrar un dominio disponible...

Al igual que el nombre que te dan tus padres te marca de por vida, el nombre que yo le he dado a mi blog le marcará durante su existencia (esperemos que larga). Pero no pienso escribir de amor, porque como bien dice mi blog, el AMOR NO EXITE.

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